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4 de cada 10 niños entre los 5 y 8 años de edad que estudian en colegios de Armenia han sido agresores o víctimas del bullying. Así lo dio a conocer una investigación desarrollada por el programa de Psicología de la Corporación Universitaria Empresarial Alexander von Humboldt.
 
El estudio se desarrolló durante un año y contó con el análisis de las conductas de 280 menores de edad en 5 instituciones educativas de la ciudad (4 públicas y una privada), según explicó Diego Alejandro Calle Sandoval, docente investigador de la von Humboldt.
 
“Investigamos la relación del bullying con el funcionamiento ejecutivo (capacidad de controlar las emociones) de los niños. Encontramos que los menores que son agresores o víctimas son aquellos que tienen problemas para controlar su comportamiento, usualmente tienen problemas para interpretar emociones y que, en la mayoría de los casos, vienen de hogares disfuncionales o con problemas de violencia”, relató el profesor Calle Sandoval. 
 
Asimismo el investigador explicó que tanto en víctimas como en agresores se encuentran disminuidas las capacidades para controlar su comportamiento, y este fenómeno se viene presentando en los niños desde edades muy tempranas. 
 
“De acuerdo al perfil neuropsicológico prefrontal de los niños que hicieron parte del estudio, en victimas y agresores hay dificultades en el desarrollo emocional. El agresor tiene problemas más serios porque le cuesta más ponerse en el lugar de otro y entender sus emociones”, agregó el docente.

 


 

Llamado a la prevención


 
Desde la facultad de Ciencias Humanas, y el programa de Psicología de la von Humboldt se insiste en la necesidad de crear estrategias para la prevención de la violencia en los entornos familiares en donde habitan niños y niñas. “Está claro que el cerebro y la personalidad se moldea durante los primeros años de vida, y químicamente un niño permeado por la violencia está predispuesto a ser agresor o víctima en su futuro inmediato”, indicó el profesor Calle Sandoval.
 
El docente dijo además: “Hay que sensibilizarse porque el bullying es un problema real que puede ser el desencadenante de problemas psicológicos o sociales más adelante. El niño agresor puede convertirse probablemente en el adulto con patologías del comportamiento o desordenes sociales; y los niños víctimas de bullying pueden llegar a ser adultos con problemas de autoestima y con tendencia a tener problemas para entender las emociones de los demás y así convertirse en agresores”.
 
En ese sentido, desde el programa de Psicología se extiende la invitación a derribar los paradigmas sociales en los que se entiende la violencia como método para resolver los problemas o para educar a los niños.

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